No he podido resistirme a la tentación. Un genio que se va y un, un..., uno que se queda. Steve Jobs deja a su compañía, y a la Humanidad un inmenso legado que hará mas sencillas las formas de comunicarnos, que hará mas confortables nuestras vidas. Zapatero se va a un chalet que le hemos pagado entre todos a escote en León por los servicios prestados, pero sobre todo por los no prestados. Cada vez que nos conectemos a cualquiera de los cacharritos de Apple nos acordaremos de Jobs. Cada vez que veamos una cola del paro, como sube nuestra prima de riesgo, como aumentan los recortes, como baja la confianza en nuestro país, nos acordaremos del chico este de León. Y de la madre del chico este, pobre señora.
Jobs hizo realidad la mejor parte del sueño americano, cualquiera, con su esfuerzo y su talento, puede llegar a generar riqueza, para el y para repartirla entre muchos.
Zapatero hizo realidad otra parte del sueño americano: "cualquiera" puede llegar a ser presidente.
Jobs estará en el Cielo y me atrevo a pensar que ya lo ha fichado el Jefe como asesor, el Cielo va a cambiar mucho.
Zapatero se queda aquí entre nosotros, aparentemente desactivado, como "supervisor de nubes". Espero que ninguna de sus no-ideas llegue para arriba.
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