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miércoles, 23 de abril de 2014

Conde de Aranda 14, 14-bis, entre los finalistas de todos los premios a los que se ha presentado!



4 comentarios:

  1. Hola, Javier, disculpa este comentario que no se refiere a esta entrada sino que es para hacerte una pregunta.

    Creo recordar que fue en las navidades de 2000 que vi por primera vez, en el Museo de Santa Cruz de Toledo, los dos cuadros de Carlos V con perro, uno junto a otro, de Seisenegger y Tiziano. Conocía desde mi adolescencia madrileña y primeras visitas a El Prado el del italiano, claro, pero fue entonces cuando descubrí que había otro casi igual y, naturalmente, me picó la curiosidad: ¿quién había copiado a quién? Leí por aquel entonces algún texto (estoy casi seguro de que sería de Fernando Checa) en el que decía que fue Tiziano el pintor "original" y el austriaco el copista. Recuerdo que me extrañó porque, desde mi ignorancia, había intuido que tendría que haber sido al revés, que era más "lógico" que hubiese sido el italiano el que, basándose en uno preexistente, lograra una obra de evidente mucho mayor empaque artístico, en vez de a la inversa. Pero, en fin, si lo decía un experto ...

    Satisfecha mi curiosidad, no le di más vueltas al asunto, pues tiempo me falta –que no ganas– para dedicarlo a ese tipo de inquisiciones. Hace un mes hube de viajar por motivos laborales a Guatemala y el último día, el único de que dispuse para hacer un poquito de "turismo", aproveché la mañana para visitar La Antigua. Allí, en el Museo de Arte Colonial (la antigua Universidad de San Carlos), ocupando en soledad una pared me encontré para mi sorpresa con la misma pintura de Carlos V y el perro, y en la plaquita del marco rezaba que el autor era Tiziano y que el cuadro había sido cedido por la Embajada de España. Pero esta obra está en El Prado, me dije, así que tiene que tratarse de una copia; sin embargo, no se informaba al visitante de que lo fuera, ni se decía el nombre del copista. Reconozco que por un rato dudé: ¿sería posible que un óleo de esta valía se expusiese en ese museo centroamericano de mínima relevancia? De vuelta en casa, me dediqué a buscar información por internet y descarté enseguida tan peregrina hipótesis pero, de rebote, empecé a enterarme de tantas cosas interesantes sobre la confección de ambas pinturas y de las peripecias posteriores del cuadro. Incluso, como en otras ocasiones, fantaseé con la idea de escribir una historia novelada sobre el asunto, algo que sé de sobra que no haré.

    (sigue ...)

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  2. Conocí así la vieja discusión académica –iniciada en 1927 por Gluck– sobre la precedencia de Seisenegger o Tiziano en la confección de la pintura y después de leer varios textos, me convencí de que la opinión mayoritaria –que el de Seisenegger fue el original– era la correcta, pese a la pertinaz defensa de Fernando Checa de la tesis contraria, basada principalmente en los resultados de las radiografías de ambas pinturas realizadas para la preparación de los actos del Quinto Centenario del Emperador. Me inquietaba, sin embargo, el por qué un artista de la talla de Tiziano habría de copiar una obra de un austriaco cuya calidad artística tenía que parecerle muy inferior a la suya. La única explicación que se me ocurrió, una vez que supe que para esa fecha de finales de 1532 el entorno de Carlos andaba buscando un modelo canónico de la representación imperial y que estaban encantados con el que les había dado Seisenegger en un retrato hecho en Augsburgo dos años antes, fue que Tiziano, al ver el que acababa de hacer el austriaco en Bolonia siguiendo su propio modelo, quiso demostrar que, respetando la composición de cuerpo entero (inédita en su obra anterior y en la pintura italiana de su época), era capaz de mejorarla hasta límites a los que el austriaco no podía llegar. La hipótesis implicaba obviamente que el veneciano había hecho su copia por propia iniciativa, sin que nadie se lo pidiera y seguramente a escondidas de la corte carolina; me parecía convincente pero no encontraba ninguna fuente que me la confirmase mínimamente.

    En esas andaba, cuando en Google Books con una reproducción parcial de tu novela "La Quinta Corona" y leo la parte en la que el joven Wünderman, guiado por su padre, descubre en la Biblioteca Nacional (no sabía que acogió la exposición Carolus) los dos óleos uno junto al otro, quedando epatado por el Tiziano. El chico pregunta a su padre la cuestión obvia y éste le contesta que fue Tiziano el copista y luego le cuenta una historia fascinante que llenaba de contenido mis barruntos deslavazados. Al margen de que algunos detalles menores que aportas creo que son erróneos (Seisenegger no perdió su empleo ni ese Ariano que citas (¿el Aretino?) era su mentor, no estaba en Bolonia ni tuvo nada que ver en el acceso de Tiziano al emperador), el relato –por más que sea una recreación desde la ficción de algo que tuvo que ocurrir- explica convincente y bellamente el por qué de aquellos hechos, las intenciones de Tiziano para hacer una copia de Seisenegger que, además cuadran perfectamente con su carácter.

    Así que la pregunta a la que aludía al principio de este rollo es obvia: ¿De dónde proviene esta preciosa anécdota que relatas en la novela? ¿La has "inventado" tú mismo para explicarte el por qué Tiziano copiaría el retrato de Seisenegger o la has adaptado literariamente de alguna fuente? Te agradecería mucho que satisficieras esta duda.

    Un saludo.

    PS: Acabo de adquirir en Apple Store, esa novela tuya que, aunque sé que esta anécdota que me interesa no ocupa más que una posición menor en el relato, parece la vista de varios comentarios de lectores que he encontrado en internet, muy interesante. En cuanto la lea, ya volveré por aquí a darte mi opinión.

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    1. Hola, Miroslav. Perdona mi tardanza en contestarte, la verdad es que paso por aquí menos de lo que debiera. Tu comentario me parece sencillamente fascinante. Lo creas o no, yo tuve la misma sensación que tuviste tu al contemplar esos dos cuadros en la exposición de Carlos V en Toledo. (Tal vez coincidimos ese día uno al lado del otro, esto habría sido muy literario). Y delante de esos dos cuadros me hice la misma pregunta que te hiciste tu, ¿quién copió a quién? Y mentalmente obtuve tu misma respuesta, la copia que mejora infinitamente al original era de un genio,tenía que ser la de Tiziano. En aquellas fechas me encontraba documentándome para "La quinta corona". Volví de Toledo "encendido" por la visión de aquellas dos pinturas y en Biblioteca Nacional en Madrid encontré las respuestas en varios libros y documentos . Seissenger pintó el Carlos V con lebrel original y Tiziano hizo la copia sin encargo alguno. Así se ganó la admiración del emperador pasando a ser su pintor de cámara favorito, desbancando al flamenco. Así que tu intuición era cierta y la anécdota rigurosamente histórica.

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  3. Ignacio sainz de medrano21 de mayo de 2014, 23:22

    ¡Hola Javier!

    Después de tantos años por fin he dado contigo... No creas que no te he buscado. Y hoy, no sé por qué, te he encontrado en esta bendita y demoniaca internet.

    He visto que tienes un blog, más novelas, emprendes.... No he podido verlo todo con detalle, pero te aseguro que lo haré.

    Me encantaría charlar contigo, tomarnos un café.... Pero vivo en París desde hace un año y medio. Razón de más para charlar, no crees? Aunque sea por medio de dispositivos electrónicos.

    Te dejo mis dos direcciones, la privada y la profesional. De verdad que me haría ilusión retomar el contacto contigo. Lo dejo en tus manos.

    Un fuerte abrazo

    Ignacio

    Ignaciosainzdemedrano@yahoo.es
    Ignacio.sainzdemedrano@bnpparibas.com

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